LA GESTALT

El término “Gestalt” es de origen alemán y no tiene traducción exacta al castellano, significa algo que es completo en sí mismo, que es holístico y global, una configuración que tiende a completarse en sí misma como cuando el cuerpo tiene una enfermedad ó herida y él mismo y en sí mismo ya tiene los mecanismos de auto curación. Esa tendencia a la salud, a la completud a la totalidad sana y de funcionamiento óptimo es a lo que hace referencia este vocablo. Un sistema enferma debido a que hay alteraciones en ese mecanismo auto regulador de la salud y ésta se recupera por la eliminación de las barreras que impiden su sano desarrollo.

Fritz Perls, creador de la Gestalt, decía que ésta “era demasiado buena como para utilizarla sólo con neuróticos”, estableciendo las bases de un modelo de vida al estilo gestáltico, llegando a funcionar varias comunidades de personas que se relacionan desde la metodología gestáltica. Perls tomó este término de los psicólogos de la forma alemanes Max Wertheimer, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka en 1912. La Psicología de la Forma parte de que los humanos percibimos totalidades y no hechos aislados teniendo así consciencia del conjunto entero, aportando esa máxima que ha trascendido a lo popular que “el todo es más que la suma de las partes”.

La Gestalt surgió como tantas otras aportaciones en California, concretamente en Esalen, un centro destinado al desarrollo de la consciencia y implementación de diversos y nuevos enfoques de conocimiento y cambio personal. Destaco este enfoque de otros aparecidos en aquella época californiana por considerar que la Gestalt hace una aportación muy singular a los procesos de cambio actuales.

El concepto perlsiano de “auto regulación organísmica” hace referencia a que todo organismo o grupo tiene tendencia a auto regularse por sí mismo y que sino se le impide éste encontrará medios y recursos para encontrar el mejor de los equilibrios posibles dentro de un contexto determinado. También aportará, en onda con los principios de la Psicología Humanista, que toda persona tiene muchos aspectos por desarrollar, por aprender, que cada uno tiene su lugar idóneo de aplicación, y que para ser más feliz, hay que haber conocido el sufrimiento, para vivir en paz hay que haber transitado la lucha, etc. que tenemos a nuestra disposición múltiples vivencias disponibles sólo en el caso de que tengamos el permiso interior para desarrollarlas. Parte d este enfoque consistirá en buscar dónde están los nudos, corporales, emocionales y cognitivos que impiden a la persona de llevar una vida más plena.

 

Claudio Naranjo, discípulo y buen conocedor de Perls y del enfoque gestáltico (ver su libro La vieja y novísima Gestalt 1990) en el que incorporó la denominada “actitud gestáltica” que comprende en lo más básico, la atención al aquí y ahora, el darse cuenta del continuum de la experiencia, la responsabilidad de los propios actos, sean estos externos o de procesamiento interno, en definitiva de tomar la responsabilidad de la propia vida –herencia del existencialismo francés- y de su devenir constante, así como de la confianza en la sabiduría del TAO en su constante devenir. El concepto del “fluir” tan en boga actualmente en Coaching y que fue introducido en el modelo gestáltico por Barry Stevens en su libro “No empujes el río porque fluye solo” (1970) y es una de las bases de la metodología gestáltica el hecho de facilitar que las personas estén conectadas desde esa actitud interna afrontando lo que la vida nos va trayendo, sabiendo que si una persona está centrada en sí, en su eje puede atravesar todas las circunstancias de vida.

 

El objetivo básico de este enfoque será que la persona deje de pelearse contra los acontecimientos que le impiden estar en el fluir de la vida, aplicando lo que en budismo de dice de “si resiste, persiste; si aceptas, transformas” para llegar a la aceptación de “lo que es”. Dándose así la paradoja del cambio, pues si uno no se resiste a él eso facilita los cambios y éstos que parten de la regulación organísmica, siempre llevarán a la persona o sistema a su mejor opción. La tarea del terapeuta gestáltico será la de confrontar a la persona con sus limitaciones para hacerle consciente de éstas y así facilitar a la persona ir más allá de las mismas, así como acompañarle en el desarrollo de su potencial humano.

 

Actualmente ya existe la figura del “Gestalt-Coach”, es decir, el/la coach que utiliza de base la metodología gestáltica en sus intervenciones. Como vemos en la base de la Gestalt encontramos también varios de los aspectos básicos que necesitaremos en Coaching, como el “fluir”, “los retos –denominados así en Coaching, que el coach pondrá a su coachee-, “el no hacer el trabajo por el cliente”, sino sólo ser testigo de su proceso de cambio y también el trabajo con la propia actitud que debe tener incorporado cualquier profesional de la Gestalt. El aporte fenomenológico de Edmund Hursserl (1859-1938) el cual entiende que los fenómenos son las cosas tal y como aparecen en la consciencia, entendiendo que es necesaria una actitud de constante novedad frente al continuo presente siempre cambiante, es decir, no nos sirve afrontar el nuevo fenómeno con la comparación del anterior, es un estar constantemente en el “aquí y ahora” en una actitud de no saber y sí de observar. Esta actitud estará privilegiada en varios modelos de Coaching actuales porque favorece mucho el descubrimiento de nuevas posibilidades que si partimos de presuposiciones anteriores no los podremos observar.

 

En Gestalt se potencia “el contagio de la actitud” del gestaltista al cliente, a modo de modelaje inconsciente que surge de la relación entre dos personas cuando una de ellas tiene en cuenta “el estar centrado”. Este aspecto será la base de varias líneas de Coaching actual como el concepto de ZEN en Cristina Naugthon en el Coaching Transformacional ó de Coaching de Identidad de Robert Dilts en la PNL aplicada al Coaching.