LA MIRADA TRANSPERSONAL
No somos seres humanos buscando experiencias espirituales,
somos seres espirituales teniendo experiencias humanas
Pierre Teilhard de Chardin (filósofo y jesuita francés)
Con este título presento una propuesta de trabajo personal, en forma de taller de Autoconocimiento, dirigida a todas las personas que quieran aumentar su nivel de consciencia, basada en la metáfora que Claudio Naranjo solía usar acerca del trabajo interior, él decía, apelando a una conocida canción:
para llegar al cielo se necesita
una escalera larga y otra chiquita,
ay!, arriba, arriba, arriba iré…,
donde la escalera larga significa el trabajo personal de arreglarse la vida, de ser buena persona, de desarrollar la consciencia, el amor y la compasión hacía sí mismo, hacia los demás y hacia lo más grande, démosle a ello el nombre que le queramos dar: Dios, Naturaleza, Misterio, Campo Cuántico, etc.
Se trata de desarrollar una actitud interna de Aceptación (con mayúsculas), que va viniendo con la maduración a lo largo de la vida, de tomar toda la responsabilidad por la propia vida, dejando de culpar a las circunstancias externas, sean estas las que sean, de vivir en paz y felicidad con la vida que a cada cual nos ha tocado –o hemos elegido vivir-, sabiendo que en última instancia a veces no podemos decidir sobre las circunstancias que vivimos pero sí tenemos todo el poder para elegir cómo las vivimos.
La escalera chiquita, es la parte final del camino, que es también la más difícil, pues se trata de soltar todo lo anterior, de dejar lo egoico de lado, soltar los diversos apegos, de entrar en el campo de la no-dualidad devocional –como dice el Dr. Hawkins-, de la pura consciencia sin objeto, del silencio o también de lo que comúnmente se le denomina estar en la Paz de Dios. Ello implicará soltar definitivamente todos los miedos y deseos mundanos para permanecer simplemente en lo que es, -como decía Krishnamurti-. Esta nueva mirada implica también dejar ir nuestro mundo de interpretaciones, de juicios y opiniones, del bien y del mal para estar desde la Aceptación Incondicional de todo lo que nos envuelve.
Para nada alude a un estado estático, pues en la vida todo es movimiento y energía, en un estar-con-lo-que-hay, sin las interferencias egóicas, un vaciarse de todos los contenidos mentales aprendidos para contactar con la más profundo que siempre ha estado ahí. Aquí no servirán ni las expectativas futuras ni los recuerdos pasados, es un dejarse caer en el estricto presente aquí-y-ahora. Metafóricamente es permanecer en la actitud de Abrir nuestra ventana por si Dios quiere entrar. Desde aquí no hay nada que cambiar, nada que hacer, ninguna dirección que tomar, ningún esfuerzo es necesario, tan solo ser-estar a cada momento, aquí y ahora, en contacto con el Todo-Vacío, libres de lo conocido con apertura amorosa a lo desconocido por el ego, es una invitación a ir más allá del propio mapa del mundo.
Conceptualmente podemos entender que para tener una experiencia de Unidad no la podremos tener nunca desde una parte que quiere encontrar el Todo, puesto que esa parte es también el Todo. Es como si la ola quisiera encontrar el mar. Mar y ola es lo mismo en el nivel experiencial, sólo en el marco conceptual-analítico podemos separar ambas cosas dándoles una identidad separada. Entonces no será un “YO” conceptual, un buscador de una experiencia global, sino más bien el deconceptualizar un “YO”, que en sí es una construcción biográfico-cultural y no tiene ninguna existencia real, sino totalmente subjetiva, lo que deberá quitarse de en medio para que se pueda manifestar lo que es. Es decir, la ola debe dejar de creer que tiene existencia propia, que es algo, y simplemente dejarse ser el mar que es y siempre ha sido.
Desde este planteamiento, en La Mirada Transpersonal se tratará de ir buscando las mejores formas de comprender y calmar nuestras aguas internas para poder así visualizar el fondo del lago, desarrollando una actitud que nos permita la eliminación de todos los obstáculos que nos impiden abrir nuestra ventana interior. Quedando con la apertura conscientemente-amorosa que nos permita descansar en el silencio interior. Eso requerirá estar sumamente atentos a las diversas situaciones cotidianas que vayan emergiendo solventándoles rápidamente para que no nos creen ruido interior y si aparece poder resolver los diversos temas a medida que vayan apareciendo.
Entiendo que pretender eliminar todo el ruido interno puede parecer una quimera inalcanzable de entrada, pero no por ello deberíamos renunciar a orientarnos en esa dirección, y mientras tanto, en este proceso poder hacer pequeños o grandes espacios para ir poco a poco creando dentro de nosotros una actitud que nos vaya permitiendo abrir la ventana interior por si Dios quiere entrar.
LA ECOLOGÍA DE VIDA
Hace que vengo desarrollando una pequeña herramienta: La Ecología de Vida (ver una copia de la misma más abajo), que de forma muy sencilla nos permite tener una buena comprensión de nuestros asuntos más importantes y de las diversas disonancias que podemos tener con ellos. Con este instrumento podemos obtener una foto muy fidedigna de nuestro mundo interior y exterior –de nuestro mapa subjetivo del mundo-, evidenciando en qué áreas fluimos bien, y por lo tanto son fuente de bienestar y de silencio interior, y en qué otras tenemos dificultades siendo fuente de nuestro malestar y por lo tanto producen el suficiente ruido para que los árboles no nos dejen ver el bosque.
Con la Ecología de Vida iniciaremos el trabajo de La Mirada Transpersonal, concienciándonos de cómo es nuestra escalera larga, del qué hacemos o no hacemos para vivir nuestros temas de una manera determinada, para tomar responsabilidad sobre los resultados que obtenemos en nuestro día-a-día y darnos cuenta de qué nos falta para llegar al total y pleno silencio interior, del cómo nos quedamos en una zona de confort inconfortable (resignación) y evitamos solventar el tema o los temas definitivamente. Bert Hellinger, -el creador de las Constelaciones Familiares- solía decir que para una persona es más fácil estar en el sufrimiento que ser feliz y vivir en paz, que esto último requiere mayor dedicación. Con este instrumento facilitaremos este darse cuenta transformador.
Si revisamos en profundidad nuestros aspectos más importantes, como la familia, la economía, la relación de la persona consigo misma, la profesión, etc. podemos iniciar, o seguir, con nuestro proceso trabajo personal y de Autoconocimiento, utilizando diversas metodologías de cambio, por ejemplo, autopreguntándonos:
¿Qué impide que estés en el completo fluir y bienestar?
¿Quién serías tú sin todo el ruido interno?
¿Qué pasaría si dejaras todas tus luchas interiores y exteriores?
¿Cómo sería vivir el día a día sin la mirada del pasado ni del futuro?
¿Qué te impide aceptar lo que no puedes cambiar?
¿Qué necesitas para cambiar lo que sí puedes cambiar?
¿Qué pasa si dejas de lado tus miedos más profundos?
LA LÍNEA DEL TIEMPO
También, metodológicamente en los talleres de La Mirada Transpersonal trabajaremos con la Línea del Tiempo, que partiendo de lo encontrado con La Ecología de Vida nos permitirá viajar interiormente en busca del origen de nuestras dificultades, de nuestras más profundas improntas, para poder repararlas y sanarlas, encontrar nuevos y más sanos recursos e incluso llegar al nivel más profundo: nuestra Esencia.
Como menciono en mi libro: la Línea del Tiempo: Por Esencia entenderemos aquella vivencia interna, personal y profunda a la vez. Es la experimentación de uno o varios valores personales, con más o menos intensidad, como Unidad, Ser, Paz, Bienestar, Amor, Gratitud, Aceptación incondicional, etc.
Cuanta más energía tenga la experiencia de la Esencia menos pensamiento racional aparece, y cuando lo hace es para complementar perfectamente lo que se está sintiendo, habitualmente en forma de una lectura muy amplia, general y positiva que simplemente surge del interior, del tipo “todo está bien así”, “el amor está por todas partes”, “todo está conectado entre sí”, “tengo valor por ser quien soy”, “el todo y yo somos uno”, etc.
Desde aquí es relativamente fácil encontrar el propio sentido de la vida, comprensiones profundas del tipo: “En mi vida quiero fomentar el amor por doquier”, “mi sentido es ayudar a las personas a ser más conscientes”, “lo mío es el arte en todas sus formas”, “el sentido de mi vida es, simplemente vivirla plenamente aceptando todo lo que venga, sabiendo que no hay bien ni mal, solo experiencias que nos sirven para aprender”, etc.
Asimismo, en el taller de La Mirada Transpersonal trabajaremos con diversas propuestas tomadas de la Gestalt, del Coaching, la PNL y otros enfoques humanistas y transpersonales, utilizando metodologías, además de la Ecología de Vida y la Línea del Tiempo como, por ejemplo: la Jerarquía de valores y contravalores –para conocer nuestros aspectos de luz y sombra-, las metáforas, diversos tipos de meditación, etc.
Y quizá lo más importante al participar en estos talleres es: poder compartir, interactuar y seguir aprendiendo junto a otras personas también interesadas en el Autoconocimiento y el desarrollo de la consciencia.
Facilitado por: Vicens Olivé Pibernat
Desde joven se ha interesado en el desarrollo Psicoespiritual en diversos enfoques: Krishnamurti, Teosofía, Antroposofía (Rudolf Steiner), Claudio Naranjo (Programa SAT y Psicología de los Eneatipos), Budismo: Tibetano y ZEN, Filosofía oriental y occidental, Psicología Humanista y Transpersonal, etc.
Socio Co-fundador del Institut Gestalt de Barcelona. Postgraduado en Terapia Cognitivo-Social por la UB. Formador y supervisor en Gestalt (AETG), Didacta de PNL (AEPNL). Especialista en varias metodologías de Coaching: Wingwave®, Generativo, con PNL, etc. Coach ACC por ICF. Colaborador en el programa SAT de Claudio Naranjo desde 1994. Autor de los libros: “PNL & Coaching, una visión integradora”, “Comunicación Esencial” y la Línea del Tiempo en Terapia y Coaching.
Nota.- Estos talleres son impartidos en varios puntos del país. Más información en el apartado Agenda